Novecientos son los metros que hay que ascender sobre el nivel del mar,
para llegar a las parcelas de las Sierras que rodean Alcalá la Real,
en las que se seleccionan las aceitunas de las que se extrae su aceite de oliva,
el que cuenta hasta con cinco premios a lo largo del mundo,
desde Nueva York, pasando por Bruselas, hasta Tokio.